viernes, 17 de junio de 2011

Sacórfago de K'inich Janaab' Pakal Votan.gob. de (B'aakal)










PSICOGRAFIAS

"En la 5 Hora de la hora lunar, llegará la espacial nave de Ares y dirá: Pasada la tribulación nuevamente llegará el sol, el pájaro celeste de pecho blanco se posará en la argentada tierra, salvada y cuidada por Dios. ¡Llegará el Reconstructor!". (año1936)

Similis ero Altissimo'" (Is 14.12-14)

SER PI ENTE


Lucifer en la tradición cristiana Lucifer era un ángel (querub o querubín), hermano del arcángel Miguel, muy hermoso que por soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como él, por lo que fue confinado al ámbito terrestre. Antes de la rebelión, Lucifer estaba por encima de todas las categorías de los ángeles ya que era el más hermoso de todos estos. El nombre Lucifer, sería lo que en una época habría sido el nombre que recibió de Dios en persona (referencia requerida). Tras su rebeldía, en la que arrastró a un tercio de los ángeles del cielo, ya no sería “portador de la luz” sino que sería llamado “adversario” (Satán significa “opositor”). La primera vez que se cita el nombre de Lucifer es en un texto del profeta Isaías (Is 14.12-14) de la Vulgata de San Jerónimo (siglo V), traducción que él hace de la Biblia, del griego (Nuevo Testamento) y hebreo (Antiguo Testamento) al latín, para designar a la palabra Lucero. En este texto se vislumbra el antiguo relato del ángel caído:



Español: "¡Cómo has caído del cielo, Lucero, hijo de la Aurora! Has sido abatido a la tierra dominador de naciones! Tú decías en tu corazón: "escalaré los cielos; elevaré mi trono por encima de las estrellas de Dios; me sentaré en el monte de la divina asamblea, en el confín del septentrión escalaré las cimas de las nubes, semejante al Altísimo" (Is 14:12-14)




Latín: "Quomodo cecidisti de caelo, lucifer, fili aurorae?! Deiectus es in terram, qui deiciebas gentes!, qui dicebas in corde tuo: 'In caelum conscendam, super astra Dei exaltabo solium meum, sedebo in monte conventus in lateribus aquilonis; ascendam super altitudinem nubium, similis ero Altissimo'" (Is 14.12-14)

No obstante, además del sentido grecolatino del término, Lucifer ya era identificado por la tradición veterotestamentaria con una estrella caída, ya que en el lenguaje bíblico las estrellas representan a los ángeles.

Otro texto del profeta Ezequiel también podría ser ilustrativo:

"Hijo de hombre, entona una elegía sobre el rey de Tiro. Le dirás: Así dice el Señor Yahveh: Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belleza. En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto: rubí, topacio, diamante, crisólito, piedra de ónice, jaspe, zafiro, malaquita, esmeralda; en oro estaban labrados los aretes y pinjantes que llevabas, aderezados desde el día de tu creación. Querubín protector de alas desplegadas te había hecho yo, estabas en el monte santo de Dios, caminabas entre piedras de fuego. Fuiste perfecto en su conducta desde el día de tu creación, hasta el día en que se halló en ti iniquidad. Por la amplitud de tu comercio se ha llenado tu interior de violencia, y has pecado. Y yo te he degradado del monte de Dios, y te he eliminado, querubín protector, de en medio de las piedras de fuego. Tu corazón se ha pagado de tu belleza, has corrompido tu sabiduría por causa de tu esplendor. Yo te he precipitado en tierra, te he expuesto como espectáculo a los reyes. Por la multitud de tus culpas por la inmoralidad de tu comercio, has profanado tus santuarios. Y yo he sacado de ti mismo el fuego que te ha devorado; te he reducido a ceniza sobre la tierra, a los ojos de todos los que te miraban. Todos los pueblos que te conocían están pasmados por ti. Eres un objeto de espanto, y has desaparecido para siempre." (Ez 28.12-19)

Puede apreciarse que en un mismo mensaje tiene doble destinatario: va dirigido a Satanás pero también a un engreído rey humano. Aunque el mensaje va para el rey de Tiro, se dice que era ‘querubín protector’, que estaba en el Edén, pero luego fue “precipitado a tierra”... La soberbia fue lo que caracterizó todo el proceso de rebeldía. Satanás y los suyos pretendían asemejarse a Dios. Precisamente la soberbia es considerada como el más grave pecado (Salmos 18:14). De ella se derivaron todas las clases de perdición (Tobías 4:14). “Ciertamente la soberbia creará contienda…” (Proverbios 13:10; Habacuc 2:5).

Puede resumirse que Lucifer era un ángel muy hermoso que por soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como él, y fue denigrado como castigo, junto con el ejército de ángeles rebeldes que arrastró consigo, siendo desde ese momento reconocido como un Ángel caído. Desde su rebelión es denominado "adversario" (en hebreo Satán -Satanás-).

Dicha caída es lo que se relata en el Génesis, cuando Satanás es simbolizado como "la serpiente".
Durante los tiempos antiguos -Antiguo Testamento- Satanás estaba en el ámbito terrestre (había perdido su condición de querubín celestial), pero podía retornar al cielo. El relato de Job permite esa deducción:
“Y dijo el Señor a Satán: ¿De dónde vienes tú? Y respondió Satán: He dado la vuelta por la tierra” (Job 1:7; 2:2)

Siglos después, en tiempos de Jesús, estaba siendo juzgado (Jn 16:11), pero aún no había ocurrido lo fundamental. Jesús explica que el Reino de Dios tiene como fin contrarrestar "la autoridad y poder de Satanás". Para confinarlo en tierra (sin retorno al cielo) era indispensable el sacrificio de Cristo. Eso fue lo determinante.



“... la sangre del Cordero” determinó que “no tenga más lugar en el cielo”. (Apocalipsis 12 lo expresa en los versículos 11 y 8). Luego, la acción de arrojarlo por tierra es efectuada por el arcángel Miguel con sus ángeles. Las implicancias de ese hecho se describen en Apocalipsis 12 versículos 7 al 11.
Para el diablo, lo trágico es que si antes podía subir al cielo (Zac 3:1), desde el triunfo de Cristo ha perdido ese privilegio, o sea, no puede volver hasta aquél nivel como “acusador” (Ap.12:8). Por eso la alegría celestial:




“alegraos, ¡oh cielos, y los que moráis en ellos! ¡¬Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo grande ira...” (Ap. 12:12) Tales circunstancias serían las que se viven desde el Siglo I en adelante.

El judaísmo consideraba a Lucifer y a Satanás como dos entidades separadas. Igualmente el gnosticismo considera a Satanás y a Lucifer dos personajes completamente diferentes, siendo el primero un terrible demonio y el segundo la sombra del logos, el divino tentador, el entrenador psicológico, aquel que pone a prueba al adepto para lograr la iniciación.

En el cristianismo ambos conceptos son identificados con el Diablo (Apocalipsis 12,9). La diferenciación radica en que Lucifer es el nombre del "Príncipe de los demonios" como ángel antes de su caída; y el nombre de "Satán" o Satanás, el que adopta después. (Ya que "Lucifer" significa en latín "portador de luz", mientras que "Satán" es "adversario" en hebreo).

Por lo demás, Lucifer forma parte también del panteón de deidades vuduistas, hecho éste que hace ostensible, una vez más, el carácter sincrético de este culto.

La caída de Lucifer

El libro del Génesis lo muestra como “la serpiente” que engaña a los humanos [incitándolos a que no sigan los preceptos establecidos por el Creador, para poder así llegar a “ser como dioses”].


Lo determinante fue “... la sangre del Cordero”. Con su sacrificio en la cruz y su ascenso (cuando fue “arrebatado para Dios y su trono” (Ap 12:5), Cristo hizo que el diablo y sus ángeles perdieran toda posibilidad de “llegar al cielo hasta la presencia del Señor”.
En el Capítulo 12 -versículos 9 y 11- el libro Apocalipsis indica claramente que a causa “del sacrificio de Cristo y la fidelidad de sus seguidores”, se logró que el diablo y los demás ángeles rebeldes fueran confinados a Tierra definitivamente (esta vez sin posibilidad de retorno. El versículo 8 dice: “…no quedó ya lugar en el cielo para ellos”).

El Arcángel Miguel es el encargado de expulsar del cielo a Satanás y la parte de ángeles rebeldes que arrastró consigo (Ap. 12:4), por lo cual se lo reconoce como Ángel caído. Los catolicos en su catecismo en su numeral 391 consideran que "El Diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a si mismos malos", y en el numeral 392 del mismo catecismo que "esta caida consiste en la eleccion libre de estos espiritus que rechazaron radical e irrevocablemente a Dios y a su Reino". es decir que para los catolicos, Lucifer se condeno a si mismo eligiendo voluntariamente el mal, y las decisiones de los angeles sean buenos o malos son irrevocables segun el numeral 393 del mismo catecismo.

domingo, 12 de junio de 2011

Abenjacán el Bojarí, muerto en su laberinto.




Abenjacán el Bojarí, muerto en su laberinto
Abenjacán el Bojarí, muerto en su laberinto, es uno de los cuentos de El Aleph, libro escrito por Jorge Luis Borges.